The fallen project 

Nacido bajo el auspicio de la luna llena, un nuevo lobo guerrero había llegado a la gran manada del Sur. De piel bronceada, ojos cafés oscuro y ojos rasgado había nacido el de nombre Steven, uno de los dos lobeznos que prometían ser grandes guerreros del grupo, los dos primeros Ahroun después de casi medio siglo. Como era de esperarse, una luna llena no era el mejor momento para nacer cuando tu especie era un Lycan; el peligro ya no está sólo fuera de tu manada, sino dentro de la misma igual. La seguridad en la guarida del Sur estaba a cargo de los lobos más experimentados, además de que los mismos eran guiados por los más ancianos y sabios; el problema era que los lobos jóvenes aún no controlaban del todo su transformación, por lo que en esos tiempos los alejaban de la manada, más específico, en el centro del bosque. Esto les funcionaba siempre para tener un control y no tener bajas en el grupo a manos de su misma familia, pero aquella noche sucedió lo inesperado, por alguna razón lograron llegar muy rápido a su hogar, provocando que una gran lucha se desatara, esto claro evitando dañar mucho a los jóvenes. Los dos nuevos cachorros debían ser resguardados para evitar que algo les pasara, eran los dos primeros Ahroun en mucho tiempo, por lo que eran mas que preciados.

Zakary y Zarkor, el otro lobo, fueron entrenados a partir de sus escasos cuatro años de edad; los entrenamientos iban desde técnicas de caza, hasta lo espiritual. Los sabios Galliard siempre les contaban todo lo que sus ancestros habían hecho, las batallas que ganaron, las guerras que comandaron y la forma tan valiente en la que fallecieron; todas las travesías de los antiguos Ahroun los llenaban de orgullo, sin mencionar lo mucho que los motivaba para convertirse en uno de los mejor. En la manada que estaban sólo habían tres guerreros más además de los jóvenes cachorros, lo que hacían que fueran tan sólo cinco de veinte; lo curioso era que de esos cinco, una era mujer, pero no sólo eso, sino que era de las mejores, si no es que la mejor. Los dos jóvenes lobos la tomaron como un ejemplo a seguir, deseaban ser tan fuertes y astutos como ella lo era.

Los años pasaron y Zakary se fue volviendo cada vez mas fuerte, tanto así que ya había llegado a aprender todo lo que podían enseñarle sus mayores; terminó por convertirse en el alfa de su manada, pero decidió dejarle el puesto a su mejor amigo Zarcor, fue por esa razón que decidió abandonar su manada y convertirse en un lobo solitario; estaba seguro que a base de nuevas experiencia conseguiría hacerse aun mas fuerte.

Durante su travesía encontró una ciudad bastante extraña, a la cual llamaría como su nuevo hogar. Una noche, mientras caminaba por una de las calles más oscuras, sintió como una aguja se incrustó en la parte trasera de su nuca; lo siguiente fue una visión nublada, terminando por desvanecerse en el lugar. Al despertar, se encontró encadenado tanto del cuello como de las muñecas, sus fuerzas de lobo no estaban y aquello seguro había sido por lo que le habían inyectado; no encontraba otra razón. Estaba en una silla de las que parecían de tortura, no entendí que era lo que hacía ahí. Unos hombres de aspecto siniestro pero con ropa elegante se burlaban de su situación, lo que le causaba mucha rabia. Empezó a forcejear con todas sus fuerzas intentando liberarse de aquel amarre, pero era simplemente imposible; su playera se encontraba rota, provocando que su pecho estuviera desnudo. Fue entonces cuando uno de los hombres agarró lo que era un fierro caliente, el cual tenía de forma a un dragón; su nerviosismo se hizo presente, sin mencionar que un poco de miedo también lo invadió, sobre todo en cuanto el mismo, se acercó con una sonrisa llena de maldad. Un fuerte grito brotó de los labios de chico al sentir el hirviente metal en su pecho, haciendo que una vez más se desvaneciera.

En su despertar se encontró en un extraño pero lujoso lugar, no entendía nada pero ya se encontraba vestido de manera elegante. Un nuevo hombre se acercó a él, su porte era de respetar, además, se notaba que era un señor muy adinerado; sus palabras fueron "Bienvenido a tu nuevo hogar. Ahora eres parte de la mafia norcoreana Golden Dragons, serás mi protegido e hijo" Las dudas del chico comenzaron a brotar, pero poco a poco las resolvería, ahora simplemente debía obedecer, aprender y disfrutar de todo lo que no tuvo en su vida; ahora borraría su pasado y empezaría de nuevo. Su llamado "padre" le confesó todo lo que sabía con respecto a él; aquel mafioso no era un humano común y corriente, era un demonio; su nombre era Ammon. Después de haber pasado por aquel proceso de conocimiento, se enteró de que cierta marca que se le fue hecha de manera permanente en el pecho la realizaron con las famosas llamas azules, las cuales sólo los demonios de muy alto rango poseen; aquello para sellar a un demonio dentro de él, el cual se apodera de su conciencia cuando empieza a ser noble con alguien.