
❝You can destroy the body, but the soul will last...❞
➟Noмвre coмpleтo: TaekWoon Kimura.
➟Apodoѕ: Woonie, Gato.
➟Edαd reαl: 25 años.
➟Edαd нυмαɴα: 25 años.
➟Nαcιoɴαlιdαd: Japonesa.
➟Clαse Socιαl: Alta.
➟Ocυpαcιóɴ: Estudiante.
➟Rαzα: Hechicero.
➟Lider: (¿desean serlo?) No .
➟Orιeɴтαcιóɴ ѕeхυαl: Homosexual.

➟Podereѕ:
Magia Sanadora.
Clarividencia (Pasado, Presente y Futuro).
Aparecer Objetos.
➟Deѕcrιpcιóɴ Pѕιcolóɢιcα:
Gran parte de la personalidad de TaekWoon fue dada por la manera en que fue criado, y el como este tuvo sus experiencias en su infancia.
Suele tomarse bastante tiempo para decir las cosas, pues le gusta mucho pensar las palabras que dirá al querer que estas fueran comprendidas de buena forma por su interlocutor. Es paciente la mayoría del tiempo, pero cuando le hacen enfadar o algo le molesta tiene la costumbre de lanzar algunas cosas, y en su rostro suele expresarse bastante bien lo que está pensando, o sintiendo en esos momentos.
Le cuesta bastante decir abiertamete lo que siente, pero es muy bueno para escuchar a las personas. Es demasiado curioso cuando se trata del mundo; lo que le sucede al otro, de lo que pasa a su alrededor. Suele perderse muchas veces en los caminos al distraerse con cualquier cosa que pueda llamar su atención, siempre que este le haga desviar su mirada.
Alguien que apoya siempre a los suyos, aunque bastante terco y orgulloso. Competitivo, odia perder. Le encantan los niños y los animales de todo tipo.
Chapter One:
"Childhood"
"Un pequeño ser abría sus ojos al mundo por primera vez, siendo esta criatura el resultado de un terrible destino"
Jung Taekwoon es un niño que crecía en un ambiente confuso para su tierna infancia, siendo mimado por sus hermanas en múltiples ocasiones, pero repudiado hasta niveles anormales por sus padres sin saber la razón de esto, ya que con sus 2 años de edad no era capaz de darse cuenta de que esto ocurría, para su suerte.
En la ciudad de Seúl un pequeño se 5 años corría por toda la casa feliz por el cumplir de todo un año de vida más en él, pensando en todas las que cosas que podría hacer en su día especial, o así podría haber sido si es que alguien daba señales de vida, la casa tenía todas las luces de estar abandonada, ¿Dónde estaban todos? Se preguntaba el niño al no ver vida en el sitio por ningún lado. Vagó por toda la residencia en busca de cualquier persona que pudiera decirle algo, ¿Sus papis y hermanas no estaban?
Todo el día estuvo sentado en el sofá llorando, gritando desesperado al no saber nada de su familia además del hecho de que se estaba muriendo de hambre al no contar con la altura suficiente para sacar las golosinas de sus hermanas, o cualquier otra cosa del refrigerador. Con sus ojos ya hinchados por tanto llanto escuchó el sonido de la puerta y como cualquier infante haría fue corriendo con sus pequeñas piernas hacia la entrada principal con el fin de ser a sus parientes, pero se detuvo a medio camino al notar una mirada extraña en sus padres.
―Papi...
― No me hables ― Respondió el hombre con la mirada más fría de lo normal, dedicándole a su "hijo" dicha expresión, todo mientras que su madre le veía atenta con unos ojos igual de gélidos. El menor retrocedió un paso al verse intimidado, pero trató nuevamente de decir algo.
―Hoy...hoy es mi... cumpleaños... y...
― ¡¡Cállate!! Un bastardo como tú no merece celebrar algo como eso, maldito sea el día que llegaste aquí ― Taek no entendía lo que sus palabras querían decir de forma exacta, mas el tono enfadado y fuerte que se utilizó en su contra fue el necesario para sacar nuevas lágrimas de sus orbes, pensando lo que lograba captar de la frase"Papi...Mami...no me quieren..."
El hombre, guiado por la ira contenida a ese ser inocente, llevó su enorme mano hasta su rostro para golpearlo, logrando que el llanto se detuviera en un instante y solo quedara el silencio en la habitación. Las niñas que veían la escena se debatían entre consolar a su hermano o subir a su habitación, tomando como opción esra última para evitar problemas con su padre, subiendo las escaleres con sus rostros bañados en lágrimas.
―Tú... eres el error más grande de la familia... ― Sentenció el hombre sin saber que el pequeño niño no entendía demasiado de ello, pero lo que si sabía es que sus padres no le deseaban, sus miradas se lo decían. Extendió sus brazos a su madre en busca de refugio, pero esta lo miró con desprecio, como si sintiera asco de tocarlo.
El tiempo pasaba y la situación no cambiaba mucho, mas para el niño era todo un cambio. Su familia actuaba como si no estuviera allí, las únicas veces que recordaban su existencia era cuando su progenitor, agotado por el trabajo y las peleas con su esposa, iba a desahogarse con él, produciéndole golpes en zonas no visibles de su cuerpo, logrando así que para cualquiera pasara desapercibido el maltrato recibido. Algunas ocasiones eran golpes, otras quemaduras de cigarrillo en sus brazos que dejarían cicatriz durante la vida del niño. Con cada golpe se convencía que tenía que hacer algo para complacer a su padre, su pequeña mente trataba de unir cabos sueltos para entender el porqué de todo ello, pero no lo conseguía.
Taek comenzó a comportarse tal y como sus padres deseaban, haciendo rodo lo que decía aunque fueran peticiones más allá de su seguridad o bienestar, los golpes junto con los maltratos no se detuvieron del todo en ese tiempo, aunque eran menos, lo cual dejaba mucho más tranquilo al chico que crecía bajo ese duro ambiente "familiar". Todo iba mejorando poco a poco, excepto por un detalle... su atracción hacia su mismo sexo.
Desde pequeño que estaba interesado en lo que era el amor, pensando que sus padres no eran como en los cuentos que hace mucho tiempo su hermana mayor le contaba, los años le fueron dando el conocimiento de que existían muchos tipos de amor y a los 14 años supo la verdad acerca de sí mismo; no deseaba estar con niñas, sino con niños, en la escuela no le apetecía ver bajo las faldas de sus compañeras como a los chicos de su clase, pero se ponía nervioso con la mirada de los otros sobre su cuerpo cuando debían asearse luego de la clase de gimnacia. Todo esto derivó a que los problemas aumentaran a niveles dramáticos, su padre odiaba ese tipo de sentimiento.
Chapter Two:
"Por mucho que se intenten ocultar los sentimientos que de verdad tienes en tu interior estos brotarán de forma natural. No importa que el mundo entero esté en contra de ellos, si los sientes... tendrán que buscar una salida por los cuales vivir".
Las cosas en la familia era totalmente diferentes a como las esperaba cualquier joven adolescente, pues estos deseaban que sus vidas fueran lo más simples posibles aunque esto fuera imposible, pero para Taekwoon... la situación era de todo menos tranquila. Cada día se le hacía más difícil ocultar sus sentimientos verdaderos, pues el ocultar la naturaleza propia no es algo que se pueda hacer por mucho tiempo, y eso mismo fue lo que sucedió.Un día en que estaba realmente confundido por todas las cosas que sucedía a su alrededor con sus sentimientos decidió hablar con su madre, seguramente ella tendría las respuestas a todo lo que lo amenazaba. Con pasos inseguros se fue acercando a la mujer para llamar su atención con sus manos, teniendo en cuenta que tenía 11 años ya sabía bastante bien que sus padres no le tenía demasiada consideración.
―Ma... Mamá... ¿Puedo preguntarte algo? ―Su voz sonaba temblorosa, ahora que por fin tenía la atención de su progenitora no estaba del todo seguro de que es lo que tenía que decir, o como plantear las ideas que se peleaban una con la otra por dominar su cabeza. Decidió tomar una gran bocanada de aire para llenar sus pulmones y relajarse―. Mami... cuando sientes que tu corazón se acelera... por una persona, ¿Qué significa? ―El pequeño observó como la expresión de enfado de la mujer se relajaba bastante, quizás aliviada de que no fuera lo que estaba pensando, aunque su tono de voz no era del todo acogedor como esperó, pero era mucho más de lo que esperaba de ella.
―Eso se llama amor, cariño, como cuando veía a tu padre... ―Ante la respuesta de la ajena una pequeña sonrisa inocente se formó en sus labios.
―Entonces, yo amo a Ewon mamá... él hace que mi corazón lata muy rápido...―Cuando terminó de decir aquello como una revelación hermosa a su visión de niño un grito ahogado resonó en la habitación, siendo su dueña la fémina que estaba allí, como acto reflejo llevó la palma de su mano hasta la mejilla de su hijo, haciendo que el golpe sobre la zona se escuchara por todo el lugar, donde por suerte no estaba el padre del menor para hacer algo peor.
―Nunca... vuelvas a decir algo así, ¿Oíste? ¡No he perdido el tiempo contigo para que hagas esto! ―Tras ese grito desapareció en dirección a la cocina, dejando al infante más confundido que antes, si lo que sentía era amor... ¿Por qué su madre le hizo eso? ¿No dijo que eso es lo que sintió con su padre? No entendía nada.
Los años pasaron y la confusión en su corazón seguía siendo una molestia, ya con 16 años estaba seguro de que su padre y madre consideraban algo malo amar a alguien de su mismo sexo, y sus hermanas no tenían intención alguna de ayudarle en nada.
Un día en que estaban cenando fue la última vez que pisaría la casa de los Jung, así como también sería la última vez que ellos se considerarían su familia como tal. Su móvil sonó repentinamente mientras que comían en silencio, y la personas más cercana a él era su padre. Este tomó el aparato entre sus dedos con el ceño fruncido para contestar la llamada, todos se quedaron quietos mientras escuchaba atentamente lo que pudiera decir, pero todo pasó tan rápido que no tuvo tiempo de reaccionar.
La mesa en la que tenían la comida fue girada de su lugar con fuerza por el hombre de la casa, haciendo ruido por todos los platos y vasos rotos sobre el suelo, pero lejos lo que más le preocupaba es como la mano de ese mismo terminó sobre su garganta para ahorcarlo contra la pared. El aire le faltaba ya que lo había perdido en el instante en que todo fue quitado de su lugar, y nuevamente las mujeres junto a él observaban la escena con miedo...pero sin hacer nada.
―Tú... maldita escoria, ¿Crees que podrías esconderme por siempre tu maldito secreto? ¡¡ERES UN MARICA!! ¿¡QUIÉN TE CREES QUE ERES PARA VERME LA CARA DE IMBÉCIL!? ¡¡TE ENSEÑARÉ ALGO BUENO!!
―N-No...
―¡TÚ NO ERES MÁS QUE UNA DESGRACIA!
Un sonido de un cuerpo cayendo al suelo se escuchó en la sala, el cuerpo del joven fue lanzado contra este con odio, odio que jamás entendió porque existió.
―Yo... ¡No entiendo nada! ¡Lo amo! ¿¡QUÉ TIENE DE MALO!?
―Tú...tú no mereces amar...estas...maldito... ―Esa voz no se la esperaba, era su madre, quien con el rostro deformado por las lágrimas le hablaba con tanto asco que sintió su estómago revolverse.
―Nunca te amé... ni siquiera eres su hijo... tu... ¡Tú naciste de un maldito imbécil que abusó de mi! ¡¡TE ODIO!! ¡TODOS LOS DÍAS ME RECUERDAS ESE HORRIBLE DÍA!!
Ahora entendía todo, por eso siempre le miraban de esa forma... no fue concebido por el amor de sus padres, ni siquiera entre ellos, fue producto...de un acto que ni siquiera se atrevía a ponerle nombre. Por eso el odio, por eso los maltratos, las miradas frías... pero las palabras que siguieron a las anteriores fueron las peores que escuchó.
―Maldigo...maldigo el día en que naciste... ―Eso fue suficiente para destruirlo, ya no tenía nada que hacer allí, no pensaba en nada realmente, solo que en su vida vivió una mentira, todos esos años que resisitió los maltratos porque amaba a sus padres fue un engaño. Mordió su labio inferior con tanta fuerza que este comenzó a sangrar, pero no le importaba en lo absoluto, ese dolor físico tan mínimo no se comparaba en nada con el emocional.
Todo lo que recuerda de esa noche es que fue tirado a la calle sin nada, solo con sus ropas puestas y un alma rota sin ninguna esperanza de vida.
Chapter Three
“Pequeñas acciones de personas cercanas pueden cambiar todo, incluso la forma de ver el mundo.”
Perdido, sin ninguna esperanza de que pudiera sobrevivir por sí mismo es que se sintió en lo más profundo de su miserable vida; demasiado terco como para morir, pero con demasiadas cosas en su mente para vivir.
No tenía a nadie a su lado, nadie a quien acudir por un poco de orientación, alguien que le dijera “Vamos, tú puedes seguir”, y entonces se dio cuenta que si tenía a una persona que podría hacerle seguir, él mismo. Por su propia cuenta es que dio el valor de continuar con su vida y terminar sus estudios, ser alguien... ser en verdad una persona que pudiera ser reconocida como tal.
Consiguió trabajo, su propio hogar, terminó sus estudios básicos para poder vivir, pero quería más que eso, quería realizar su sueño de vivir de aquello que siempre le llamó le encantó, la música. Ingresó a la Universidad de Seúl para poder estudiar Canto e Interpretación, deseaba tanto poder vivir de ello y ser un gran artista. Dedicó todo su tiempo al estudio de todo lo que necesitaba para poder ser parte de la masa estudiantil que eran los universitarios de dicha ciudad, hasta que logró ingresar con el suficiente reconocimiento de su talento para que tuviera una beca que le cubría todos sus estudios, algo que lo llenó de dicha pues por fin se sentía con la suficiente confianza como para decir en verdad que era una persona importante y que su valor era tanto como el de otros, y quería creer con todas sus fuerzas que era mucho más que eso.
Trabajó muy duro cada día para ser el mejor de su clase, aunque no lograba entablar amistad con nadie pues aún los vestigios de su vida previa estaban presentes, y la confianza que mantenía en las personas era nula, junto con la que tenía consigo mismo. No podía evitarlo, pero de una u otra forma fue ganando el coraje para hablarles y conocer a unos chicos que le sacaron de esa soledad auto impuesta que había generado a su alrededor con todos sus compañeros, esos chicos fueron los que fueron cambiando su vida poco a poco, paso por paso iba siendo una persona más abierta, más dispuesta a realizar otras cosas que antes hubiera evitado con cualquier excusa; de allí que una de las tardes después de clases le arrastraran fuera de la facultad para que fuera a beber con ellos, y empezar lo que sería una caótica forma de conocer a una persona totalmente opuesta a él.
Chapter Four
“Hay veces que lo que más necesitamos... llega sin que sea esperado.”
Un antro, un local que jamás en su vida había pisado ni siquiera por equivocación, pues sabía la clase de cosas que hacía en esos sitios, y no estaba para nada interesado, pero fue prácticamente arrastrado por los otros hasta allí; con lo cansado que estaba por la larga jornada prefirió no decir nada al respecto y dejarse llevar, después de todo no podía ser tan terrible, ¿Verdad? Bueno, descubrió que estaba muy equivocado al respecto.
Si había algo que le movería a realizar lo que sea... era su orgullo. Jugaron con su orgullo al decirle que no sería capaz de ganarles en una competencia de beber, y como no podía dejarlos pasar por encima de él, además de su sentido de competitividad, aceptó sin más, aunque jamás había probado gota de alcohol; pésima idea. Luego de perdiera miserablemente la apuesta tenía que cumplir con la penitencia, y aquello era tratar de "seducir" a algún cliente que estuviera en esos momentos en el local. A regañadientes empezó a buscar por encima de las cabezas a alguien con el que pudiera cumplir su penitencia. Alto. Entre todas esas persona una de ellas le llamó demasiado la atención, lo suficiente para dejarle observar por varios segundos la silueta de aquel hombre que parecía beber en completa soledad junto a la barra. Se levantó de su asiento, tambaleando bastante por culpa del nivel etílico en su sistema en esos momentos, y trató de llegar a ese tipo, a esa figura que poseía aquellos ojos tan profundos... faltos de algo importantes que no lograba identificar, y desde que sus miradas se cruzaron no volvieron a separarse hasta sus días presentes.
Parecía ir bien, parecía que podría acercarse más al ajeno, pero cambió radicalmente una tarde cualquiera en su universidad donde daba su ruta regular antes de llegar a casa, fue secuestrado por los Yakuzas, quienes tenían cuentas pendientes con el chico que aún no era nada suyo, solo la persona que deseaba salvar de esa constante lucha interna que mantenía por sobrevivir, y por tratar de hacerlo fue llevado por esta mafia con tal de hacerle daño... Aquel día pasó de todo. Como marca de ello está la cicatriz en su cuerpo que marca los números de dicha familia, una marca que jamás pudo quitarse de encima, pues fue profundamente marcada sobre él.
Luego de ese encuentro todo fue un caos, un revoltijo de sucesos que cambiaron su vida por completo. Pasó por la situación de que ambos se conocieran de forma inesperada, y que ambos confundieran lo que el otro era en esos momentos. Discutieron, tuvieron revelaciones entre ambos, se comprendieron... finalmente todo dio un nuevo giro y terminaron juntos, siendo una pareja hace casi un año. Todo ello para terminar de entender la vida que el otro había tenido que pasar hasta esos momentos, el como cada uno de ellos sufrió diferentes emociones negativas que los llevaron a los que eran ahora, pero no todo sería normal en su vida, después de lo vivido en aquella zona abandonada todo cambiaría, pues el chico que ahora era su novio ya no era humano, sino un ser sobrenatural que comenzó a desear algo de él que antes no deseaba... sangre.
Tuvieron que aprender a vivir con ello, cada vez se le hacía más llevadero el que el contrario tuviera que morderle alguna zona del cuerpo para poder obtener lo que necesitaba para sentirse mejor; sabía lo culpable que se sentía por ello, pero él también tenía parte de culpa por convertirlo en ese ser, todo por su egoísta pensamiento de no querer perderle, de no querer dejarlo ir de su lado nunca... por ello fue lo decidió, y le salvó.
Con ello parecía que se estabilizaría un poco su vida, ya que ahora podían vivir juntos en lo profundo de un bosque donde nadie les molestaría, y podrían llevar la vida que desearan, mas siempre el destino tiene algo preparado para rebatir esa tranquilidad.
Chapter Five
“A veces las cosas que creemos no son verdad, y esta nos golpea con fuerza cuando menos lo esperamos.”
Una mañana cualquiera en sus vidas se dio cuenta de lo mucho que nos puede engañar la mente, pues lo que creyeron hasta ese momento que era cierto... resultó ser erróneo. La hermana de su novio, que hace mucho tiempo supo que había fallecido en una trágica situación, había aparecido detrás de un periodista en una zona de conflicto en Japón... viva, justo en medio de todo ese bélico encuentro que se estaba formando en los suburbios del país, y teniendo la corazonada de que debían ir allí fue que tomaron sus cosas para trasladarse al país, donde encontrarían a la pequeña que luego pasaría a ser parte de la familia, siendo esta registrada como su hija.
Necesitaban poder llevarse a la niña, y realizando un acto simbólico que jamás creyó realizar... Su apellido fue reemplazado de “Jung” a “Kimura” junto con el de su novio, al que de ahora en adelante podría llamar “esposo”, y la pequeña Hikari sería conocida de allí en más, de forma legal, como la hija de ambos. Hikari Kimura sería el nombre de la niña, y teniendo todo lo necesario para partir a una nueva aventura juntos regresaron a Corea del Sur, sin saber que una cosa más pasaría para hacerles cambiar la visión que tenía del mundo.
...
Una vez que regresaron de Japón, después de algunos días, comenzó a sentirse extraño. Dolores de cabeza iban y venían, pasando de ser simples malestares a sensaciones tan fuertes y repentinas que le hacían tener que sujetarse de algún soporte cercano, o terminar recostado en la cama sin poder siquiera abrir sus ojos. No solo ello, sino que pasado el tiempo se agregó el hecho de que fiebres extremadamente altas comenzaron a atacarle, dejando su cuerpo demasiado débil para poder hacer otra cosa que no fuera pasar todo el día en cama; sentía como cada día un poco de vida se le iba escapando de las manos, pues su razonamiento ya no era el mismo, es como si supiera en su interior que le quedaba poco tiempo con su pequeña familia.
No recuerda demasiado de lo ocurrido, pero por lo que le explicaron luego de todo lo sucedido es que un conocido de Alen, una persona importante en la vida de Jun, logró salvarle de la muerte con una técnica especial que solo él conocía; aquel hombre que parecía llevar varios años encima de experiencia no era sino que un Hechicero, y como parte de su “remedio” fue que terminó obteniendo la habilidad que convertirse en un gato negro. No solo aquello fue lo que logró adquirir, pues ahora era un fiel seguidor y aprendiz del Tigre Blanco. De él aprendería todas las habilidades que poseía, aunque estas estaban lejos de ser dominadas totalmente por el chico; explosiones, fallos, caídas, todo tipo de cosas que daban fe de su poca experiencia en el tema, pero poco a poco, y dando todo de si es que logra, al menos, tener mayos control sobre los poderes que obtuvo tras su transformación.
Un nuevo capítulo en su vida comenzaría, uno donde todas esas criaturas de las que solo escuchó en cuentos, mitos y leyendas existen, y él era parte de todo ese mundo.
Chapter Six
“Nuevas oportunidades traen nuevas aventuras.”
De parte de su novio escuchó que tendrían una posibilidad de mudarse. Aquella ciudad de la que hablaba parecía tener todo lo que necesitaban en esos momentos; trabajo, estudios, un sitio donde podrían ser ellos mismos y cuidar de la pequeña que ahora también era suya... Y obtener el control que tanto necesitaba con sus nuevas habilidades. Fue por ello que aceptó el cambio, dándose la chance de empezar de cero, de que toda la vida que antes fue parte de sí... pareciera mentira, como un mero sueño, o quizás una pesadilla de la cual despertó al conocer a Jun.
No estaba seguro de lo que les depararía el destino en estos momentos, pero de lo que sí estaba seguro es que este capítulo podría ser el primero de esta gran aventura, y que luego de tantas desgracias que pasó en su anterior vida ahora era completamente feliz con su vida; tenía a su amado Jun, a la linda Hikari, su hermoso gato siamés y todo un mar de nuevas experiencias que se avecinaban en su nuevo hogar.
➟Cυrιoѕιdαdeѕ:
➼ Su padre era militar y su madre costurera.
➼ Tiene especialidades en Taekwondo y boxeo.
➼ Habla Coreano, Chino Mandarín y Japonés, aunque el que mejor maneja es el Coreano al ser su idioma natal.
➼ Adora el café, los gatos y animales en general, también a los niños.
➼ Vivió de trabajos con maltratos hasta la mayoría de edad, donde consiguió un trabajo que le permitiera establecerse y estudiar.
➼ Su familia se cambió los nombres y lo desheredaron, yéndose a América.
➼ Es ambidiestro
➼ Tiene una cicatriz en la clavícula derecha por una quemadura, en esta se lee “893”, por el número de los Yakuzas.
➼ Tiene la capacidad de transmutar en un gato negro.
➟FC: Jung TaekWoon / Leo.
➟Grupo: VIXX / VIXX LR.